1º.- No tener en cuenta la complejidad del cerebro humano y su gran plasticidad
2º.- No reconocer que
los maestros han de lidiar con la diversidad cultural pero también con las
emociones de sus alumnos
3º.- La jerarquía de las asignaturas que se imparten, que llevamos arrastrando desde siglos, colocando detrás de asignaturas como matemáticas, lengua o química a las asignaturas creativas y artísticas.
Para combatir estos errores, según el comunicador, es fundamental introducir en las aulas el aprendizaje de las habilidades
sociales y emocionales, porque "un niño que gestiona su emociones, es un niño que funciona mejor"
El profesor de psicología René Diekstra, en la entrevista que le realiza Elsa Punset, comenta que en su Programa de Aprendizaje Social y Emocional, que lleva impartiendo 15 años, adaptan los contenidos a los diversos niveles evolutivos y enseñan a los alumnos a:
- Percibir y gestionar sus propias emociones
- Como construir y mantener relaciones
- Tomar decisiones responsables y éticas
- Aprender a ponerse en el lugar del otro
Los beneficios de estos programas de aprendizaje de habilidades sociales y emocionales se han demostrado al constatar que conllevan la disminución de conductas delictivas, menos alteraciones en las clases, y mayor rendimiento académico.
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