En el estudio de las discapacidades producidas por
agresiones al sistema nervioso en una edad temprana, distingue entre
discapacidades de mayor gravedad (discapacidades mayores o trastornos
primarios) como meningoencefalitis, malformaciones del sistema nervioso,
hidrocefalia congénita, tumores cerebrales, traumatismos craneoencefálicos o
enfermedades neurodegenerativas y las producidas por lesión o disfunción
cerebral de menor entidad (discapacidades menores), como bajo peso al nacer,
diabetes, déficit de atención, dificultades de aprendizaje, trastornos
psicomotores o trastornos del lenguaje.
Asimismo, presta especial atención a
las poblaciones pediátricas de riesgo, ya sea por cuestiones genéticas,
nutricionales, infecciosas, ambientales o de cualquier otra índole.